30/1/2013. El Ayuntamiento no prevé cerrar ningún servicio municipal ni despedir empleados. Además, y pese a recortes en partidas menores, seguirá pagando la obra del mercado
Suceso o cosa rara, extraordinaria y maravillosa. Así es como define la Real Academia Española, en su segunda acepción, la palabra ‘milagro’. Y partiendo de esta idea, y salvando las distancias, quizá tenga razón Pedro Rivero (PSC), regidor de Hacienda del Ayuntamiento de Sant Adrià, cuando en parte se refiere de esta manera a las cuentas municipales para este año 2013 que hoy jueves (19h) se llevan a votación en el pleno ordinario correspondiente al mes de enero. Y es que en un contexto económico tan complejo y crítico como en el que nos encontramos, al que ninguna administración de este país es ajeno, resulta raro, extraño y –por qué no decirlo- maravilloso, que un ayuntamiento resista los envites de la crisis con unas perspectivas de gasto y de inversión similares o incluso superiores a las del año anterior, al menos en cuanto a las áreas de mayor urgencia social se refiere. Pero vayamos por partes.
Sin despidos y con mismos servicios
En primer lugar, y en lo que supone la primera gran cifra del balance con el que el Ayuntamiento prevé afrontar un 2013 incierto, el presupuesto se incrementa en algo más de un millón de euros respecto a las cuentas del 2012, pasando de los 36,2 millones previstos entonces a los actuales 37,4. Concretamente, 37.462.094 euros es lo que pretende gastar el consistorio en estos doce meses. De éstos, 14 millones se destinarán a gastos de personal, mientras que 11,5 corresponden a bienes corrientes y servicios, 2,8 a transferencias corrientes y 314.000 euros a gastos financieros. En lo que se refiere a gastos de personal, esta partida se mantiene en cifras casi idénticas a las del año pasado…, gracias al mantenimiento de medidas como por ejemplo no cubrir puestos de personas que se jubilan, congelar –por sexto año consecutivo- los sueldos de los ediles y mantener toda la plantilla municipal, sin que ningún despido afecte a personal interino o laboral. Para premiar el “esfuerzo” de unos trabajadores municipales que “harán más pese a ser menos”, el consistorio prevé gastar en ellos 150.000 euros en concepto de complementos de productividad. Rivero, que defiende el blindaje del personal municipal y de sus salarios, añade que en los últimos 4 años se ha conseguido reducir en 1,2 millones la partida de personal.
Junto a éste como uno de los objetivos del presente presupuesto, el responsable de la caja municipal añade la previsión que no se vaya a cerrar ni a alterar significativamente ningún servicio municipal de los que ahora se prestan, así como ninguna instalación que dependa del Ayuntamiento. En este sentido, y aunque en esta línea se piense gastar 700.000 euros menos –un 5%-, esta disminución se explica en parte por la renegociación a la baja que el Ayuntamiento ha aplicado en los contratos de algunos servicios que ya o pronto llegaban a su fin, como es el caso de la contrata de limpieza viaria o de basuras. “Se hará casi lo mismo, pero de forma más barata”, apunta Rivero antes de manifestar su agradecimiento a las empresas de dichas contratas, las cuales también han entendido que, en estos tiempos, más vale cobrar menos pero cobrar, que no pretender seguir cobrando lo mismo que otros años y acabar perdiendo a un cliente. En cuanto a otros servicios, como los de luz o agua, la imposibilidad de negociar precios ha obligado al Ayuntamiento a seguir aplicando, otro año más, una política de ahorro espartana. Solo de esta manera, con renegociaciones a la baja y con contención en el gasto ordinario, se explica pues que el Ayuntamiento, tal y como explica Rivero, haya conseguido aumentar de nuevo el gasto social, aquel relacionado con ámbitos de salud, de educación y de empleo, “que en estos tiempos críticos, y en los que pueden llegar, es básico, imprescindible y urgente asegurar”.
Así, y a grandes rasgos, las partidas sociales aumentan hasta rondar, en total, los 3 millones de euros. Por ejemplo, las ayudas de atención a la discapacidad crecen un 17% y las de drogodependencia un 15%, mientras que las de atención domiciliaria se mantienen en 120.000 euros. En lo que se refiere a las ayudas a la dependencia –como por ejemplo la tele asistencia- se gastará un 8,7% más –unos 763.000 euros-, pese a que el Ayuntamiento tenga que aportar de su bolsillo las ayudas que en este sentido daba hasta ahora el Estado. En materia educativa, el descenso de las aportaciones de otras administraciones en cuanto a becas comedor se refiere se verá compensada con una dotación propia municipal que sube un 21% y que ha de servir para cubrir los casos “más graves”. De la misma manera, la incertidumbre en la aportación de otras administraciones en cuanto a nuevos planes de ocupación laboral se refiere se prevé compensar con una bolsa municipal que crece un 28% y que supone un gasto de 204.000 euros.
“Todo gasto no social se recorta”
Sin embargo, y para no hacer creer que todo en las cuentas municipales es de color de rosa, Rivero admite que la priorización de este gasto llevará implícitos otros sacrificios. “Todo lo que no sea gasto social se recorta”, reconoce. Y cuando habla de “todo”, se refiere a gasto en temas culturales, festivos –como la Festa Major-, de propaganda, de mantenimiento, de protocolo, de coperación, de solidaridad y de subvenciones a entidades, entre otros. En este sentido, y pese a reconocer que ha sido un presupuesto difícil de cerrar, Rivero agradece la “implicación” de muchas de estas áreas del Ayuntamiento, que en los próximos once meses deberán trabajar de similar forma que hasta ahora pero con algunos recursos menos.