Familias sin poder comer, colas de horas en comedores sociales y paro. Esta es la “nueva normalidad” de la que nos hablaron y a la que, parece, tendremos que acostumbrarnos, ya que las posibles soluciones no son a corto plazo. La pandemia del coronavirus ha provocado unas consecuencias extremas que mucha gente, aún a día de hoy, lucha por superar.
Sin embargo, enmedio de toda esta pandemia, algo positivo: la humanidad, el altruismo y la colaboración. En Sant Adrià, más que nunca. Los Servicios Sociales han atendido desde el mes de marzo y hasta ahora a más de 3.000 ciudadanos y ciudadanas en riesgo de exclusión, personas vulnerables. Lo primordial: la comida. Son varias las iniciativas que se han llevado a cabo para garantizar la comida, algo básico en la vida de cualquier persona, pero que se ha llegado a convertir en casi un bien de lujo durante esta pandemia.
El Pulpero de Lugo, ubicado en el Carrer de Maragall de Sant Adrià, ha sido uno de los grandes protagonistas de esta labor humanitaria a nivel local y es que el establecimiento, de grandes dimensiones, ha repartido 1.328 menús gratuitos a vecinos y vecinas de la ciudad. “Cuando tuvimos que cerrar el sábado 14 de marzo por el inicio del estado de alarma nos dimos cuenta de que teníamos un excedente de comida muy grande”, explica Bienve Ferreira, propietaria del Pulpero. “Empezamos repartiendo la comida entre los/as trabajadores/as, pero no me quedé tranquila. Al día siguiente llamé al Ayuntamiento para ver si podía colaborar aún más”.
Enseguida empezó a girar la rueda. En cuestión de horas se acordó cuántos menús diarios podían garantizar desde el restaurante y la gente empezó a acudir a ellos, no solo los contactados por el consistorio. Además, Protección Civil se encargó de llevar la comida a domicilio, acercándola a las viviendas de las personas que no podían desplazarse. “Nuestros proveedores también se enteraron y nos proporcionaron más comida gratuita”, asegura Bienve.
22 años en Sant Adrià
Bienve y su marido Manolo ya llevan 22 años asentados en la ciudad, 10 de los cuales han estado donando comida al Comedor Social de Sant Adrià. Un matrimonio gallego que ha tenido la oportunidad de ayudar a los demás mediante los medios de los que disponían. “Estamos muy contentos, además no hemos parado de trabajar y eso también nos ha entretenido”.
