19/07/2016 – Los comerciantes ambulantes se quejan de la falta de limpieza y de la venta ilegal.
La zona bajo la autopista C-31, en la frontera entre Badalona y Sant Adrià, ha despertado polémicas y críticas en los últimos meses por la creciente presencia de personas drogodependientes y, en consecuencia, de jeringuillas en la vía pública. Un destacado punto de venta de droga en el barrio de San Roque, además de la presencia de una furgoneta de la Generalitat habilitada para la venopunción, han afectado a esta evolución, que repercute en algunos ámbitos del día a día.
Uno de los colectivos que más lo ha notado es el de los vendedores ambulantes de los encantes. Aseguran que desde hace semanas se encuentran jeringuillas a menudo por las mañanas, cuando van a instalar sus paradas. “Los servicios municipales limpian el área tras el mercadillo, pero cuando llegamos por la mañana no lo vemos limpio. Tenemos que barrer nosotros mismos y retirar jeringuillas a menudo”, lamenta el presidente de los marchantes adrianenses, Rafael González.
Los comerciantes consideran que pagan una tasa para que les sea prestado un servicio que no siempre es el que debería ser. “Afrontamos una de las tasas más altas del entorno; o nos prestan bien el servicio, o que nos la rebajen”, apunta el representante de los vendedores. Además, avisa, la actividad de los manteros, del 'top-manta', ha aumentado recientemente los días de mercadillo en algunas zonas colindantes, si bien admite que el otrora llamado 'mercado de la miseria' sí está atajado por las policías.
La regidora Ruth Soto asegura que se han mantenido reuniones con Badalona para hablar sobre la furgoneta de venopunción, que se encuentra en suelo badalonés, y que están apretando para que haya un equipo de limpieza previo al mercadillo. En el nuevo contrato de limpieza de la ciudad, avanza, incluirán el servicio de forma regular. En lo que a venta ilegal se refiere, afirma Soto que “han atacado con insistencia” en los últimos meses tanto a 'mercado de la miseria' como al top-manta.
