02/04/2014 – Durante la sesión plenaria del pasado lunes, un grupo de algo más de 10 vecinos y vecinas entraron en la sala ataviados con camisetas verdes y pancartas para reclamar una solución inmediata.
Durante la sesión plenaria del Ayuntamiento de Sant Adrià, el pasado lunes, un grupo de algo más de 10 vecinos y vecinas entraron en la sala ataviados con camisetas verdes y pancartas. A pesar del color, no se trataba de la plataforma antidesahucios, sino de algunos de los residentes del edificio Venus que se movilizaron para exigir una pronta salida a la complicada situación que viven desde hace algunos años, cuando se inició el plan de transformación del barrio de La Mina.
Una vez finalizado el orden del día tomó la palabra Paqui Jiménez, representante del colectivo, para denunciar que el equipo de gobierno ha desoído más de un centenar de alegaciones vecinales y para avisar de que, de ahora en adelante, reproducirían más acciones reivindicativas como la del lunes. “Estamos hasta aquí”, exclamó llevándose las manos a la cabeza.
El regidor de ICV-EUiA y representante del Consistorio en el Consorcio de La Mina, Gregorio Belmonte, respondió que se atendieron las 451 alegaciones presentadas, aunque admitió que el bloqueo y el periodo de reflexión del proyecto se están alargando demasiado, a pesar de continuar apostando por el mismo planteamiento, tal y como se ha hecho des del principio, aseguró.
La oposición coincidió en la imperiosa necesidad de encontrar una solución para las decenas de familias ancladas a un edificio cada día más deteriorado. Mostraron sus desavenencias, eso sí, con la gestión que el gobierno adrianense está llevando a cabo. Especialmente la portavoz de CiU, Mireia Hernàndez, quien recordó que los pisos destinados al realojo de los vecinos llevan meses terminados. “Hay que hacer los números que sea necesario y terminar ya el plan de transformación. La Generalitat tendrá que pagar, porque alguien tiene que pagar, pero no los 27 millones que cifra el alcalde. Dejen de utilizar el Consorcio como una máquina de votos”, espetó la convergente.
El alcalde Joan Callau cerró el turno de palabras y remarcó que la pelota se encuentra sobre el tejado de la Generalitat. Mantiene que el equipo de gobierno lleva mucho tiempo poniendo toda la carne en el asador para desbloquear la problemática de Venus, pero que es el ejecutivo autonómico quien tiene la última palabra. “La situación se detuvo con la visita de dos ‘consellers’ hace algunos meses; estamos intentando que vuelvan a visitar el barrio para dar una alternativa inmediata”.