Las últimas restricciones por parte del Govern de la Generalitat hrepresentaron una auténtica estacada para todos los deportes de exclusividad ‘indoor’. Entre estos, se encuentra el boxeo. En auge en Sant Adrià desde hace años. El Club Boxa Sant Adrià se vio muy perjudicado por el cierre de su local y se reinventaron ante la nueva normalidad.
José Hidalgo es quien regenta el club y nos expone la situación. “El 7 de enero cerramos el local y hasta el 8 de febrero no pudimos volver a abrir. En ningún momento nos informaron de nada, ni nos han enviado noticias. Toda la actividad física del club la hemos hecho ‘outdoor’. Por las mañanas en el Parc Fluvial y por la tarde en el parque”, explica. En una temporada normal, el Club de Boxa suma 200 socios pero en tiempos de pandemia se ha visto perjudicado hasta en un 50% menos de abonados, reduciendose el cupo a 120 afiliados, aunque el aforo se llega a limitar a entre siete y nueve participantes por hora en la sala.
“En el momento que se reabrió el local después del confinamiento, el club aplicó el protocolo sanitario exigido: gel hidroalcohólico, toma de temperatura, distancia de seguridad, desinfección de calzado…
Entre los pocos boxeadores que han podido mantener relativamente su rutina se encuentra el adrianense Isaac Farré, boxeador profesional: “Nosotros necesitamos estar activos para un nivel profesional correcto. El no poder competir, el no poder entrenar y el cambio de restricciones complica la situación”.
Los profesionales podemos entrenar en gimnasios pero el nivel de motivación no es el mismo. Es muy díficl hacerlo sin poder competir”. En 2020 no se llegó a competir, cuando las velada son entre cuatro y seis en un año normal”.
