28/06/2016 – Profesionales, sindicatos y entidades dudan de las formas que plantea Ensenyament.
Los problemas de la Mina son complejos, intrincados y viejos. Sobre esta ‘ciudad invisible’ pesan múltiples estigmas y el más mediatizado, el que acapara casi todos los titulares, es la droga. Sin embargo, existe otro que no copa tantas páginas pero que diferentes agentes y entidades locales señalan como una de las principales causas de la fragilidad social del barrio: el absentismo escolar.
En el instituto público de secundaria, el IES Fòrum 2004, el absentismo ronda el 80%. Es un mal crónico, que fluctúa al compás de los avances y retrocesos del arrabal. Pero este mes los niveles de absentismo de la Mina han vuelto a estar en boga. La propia Generalitat ha activado el debate después de anunciar, primero sin hacer mucho ruido, que estudia fusionar la Escola Mediterrània y el centro de secundaria en una sola institución. ¿El objetivo? Según Ensenyament, garantizar una continuidad entre las etapas de primaria y secundaria, perder menos alumnos en ese salto y reducir el absentismo y el abandono en la etapa de educación obligatoria.
El planteamiento llevaba muchos años sobre la mesa pero jamás se había cogido por los cuernos. La precipitación y las formas de impulsarlo de cara al curso que viene, a pocos días de concluir el presente y pasada la época de preinscripción, ha suscitado dudas e irritación en distintos sectores de la ciudad y del distrito. “Los cambios pueden ser positivos, pero se ha lanzado de forma precipitada para las fechas en las que estamos”, considera la responsable de secundaria del Fòrum 2004, Anna Pérez, quien apunta que las primeras informaciones al respeto que recibieron de Ensenyament fueron el 5 de mayo. La futura fusión se planteó exclusivamente a los aparatos directivos y claustros de ambos centros, pero no a sindicatos, entidades y ciudadanía.
A finales de mayo, de hecho, se celebró el último consejo escolar municipal de Sant Adrià y el asunto ni siquiera salió a debate. “Nos habían obviado”, critica el profesor del colegio y representante de CCOO, Miguel Cordero. Los sindicatos presentes en la junta de personal del ámbito de Ensenyament en el territorio, CCOO, UGT, USTEC-STEs, CGT y ASPEPC-SPS, se agolparon a las puertas del Departament para protestar, sobre todo por las formas con las que se quiso llevar inicialmente este cambio, pocos días después de conocer el asunto extraoficialmente.
A grandes rasgos, las organizaciones sindicales denunciaron que, inicialmente, se quiso dar la espalda a los profesionales educativos del barrio, tanto de los centros como de entidades de La Mina, así como a vecinos y a sindicatos. Tildan el movimiento de “extraño” y ponen en duda su auténtico objetivo. Fuentes sindicales confirman que, de momento, será solamente una fusión “administrativa”, ni física ni de funcionamiento, y que los profesores podrán mantener las plazas, a priori, tal y como también confirman los profesionales. “Hay que negociar la situación de las plantillas, pero parece que podremos continuar. El que viene será un año de traspaso para ir adaptándonos”, indica Anna Pérez, quien lamenta, eso sí, que lo ideal habría sido una preparación más pausada y con más margen para trabajar mejor el proyecto.
En definitiva, la fusión del Mediterrània y del Fòrum 2004 no alteraría la distribución física ni el funcionamiento actual, como mínimo de cara al próximo septiembre. Aunque Ensenyament prefiere no ofrecer más datos y asegura estar trabajando aún el proyecto -que negocia con sindicatos y centros educativos-, promete que las plantillas se mantendrán y, a la larga, la intención es unificar ambos entes bajo un mismo techo. Las organizaciones sindicales aseguran estar encima del tema para que se cumplan los compromisos adquiridos en la junta de personal y, sobre todo, los profesionales educativos no se vean perjudicados.
El absentismo, una lacra perpetua en La Mina
Tanto profesorado como sindicatos se han sorprendido por la inmediatez con la que se quiere aplicar esta medida, dado que el absentismo es un mal que afecta al barrio desde hace muchos años. De hecho, desde el instituto apuntan que ha mejorado ligeramente en los dos últimos cursos, aunque siga siendo mayor del 70% en secundaria y de entre el 20 y el 25% en el colegio. Además, sostienen que el problema no mejorará con el simple hecho de constituir un instituto-escuela, un cambio que ven positivo pero del todo insuficiente para lograr un avance sustancial. Para que mejore claramente la asistencia a clase defienden que se acompañe la fusión de más trabajo en red con la mesa educativa de La Mina, en la que están integradas entidades culturales y vecinales que conocen las necesidades de la población.
El alcalde de Sant Adrià, Joan Callau muestra todo el apoyo a la iniciativa de la Generalitat y, de hecho, asegura que se trata de una petición municipal para tomar medidas en el ámbito educativo de La Mina. “La persistencia de los niveles de absentismo nos han llevado a pedir a Ensenyament que tomara cartas en el asunto”, afirma Callau, que cree que ya era hora de comenzar a probar cosas distintas a lo que se habían hecho hasta ahora.
El éxodo de familias gitanas ha apartado a muchos niños de las aulas
Aunque no ha sido determinante en la toma de decisión, o eso asegura el alcalde adrianense, el éxodo de centenares de personas del barrio de La Mina por un enfrentamiento entre familias gitanas a raíz de la muerte de un joven sí ha afectado al funcionamiento habitual de los centros escolares. A mitad de curso, tras el incidente, tanto instituto como escuela vieron como muchos niños y jóvenes abandonaban las aulas para marcharse de forma indefinida.
“Ha afectado mucho al curso. Eran familias muy potentes en la zona y eso lo hemos experimentado”, cuentan desde el instituto. Aunque muchos han ido volviendo, recuperar la dinámica de clase después de semanas lejos de casa en una situación totalmente fuera de la rutina ha hecho complicado recuperar la normalidad académica.
En cualquier caso, Callau insiste en que la fusión es algo “independiente” del incidente entre familias, que ya llevaba muchos años barajándose. Fuentes de los centros también ponen en duda que el éxodo haya sido uno de los motivos para poner en marcha este proyecto, si bien matizan que puede haberse sumado como detonante.