Los vecinos del barrio de La Mina han puesto un pie en la calle para alzar la voz y mostrar su rechazo al plan de actuación por parte de la compañia eléctrica de Endesa.
Tanto adultos como niños se manifestaron el pasado sábado 26 de enero deteniendo tanto el tráfico como el tranvía, y evidenciando de esta manera su oposición a los cortes de luz llevados a cabo por la productora de electricidad, tras inspeccionar los bloques de Venus 1,3,5 y 7.
Acompañados por los Mossos d’Esquadra, los técnicos de la compañia inspeccionaron hasta 180 suministros del bloque para detectar conexiones irregulares y obtener como resultado global que hasta 115 del total (un 64%) actuaban de forma fraudulenta, ya fuera por pinchazos ilegales o manipulación del contador. La carga que alimenta este sector del barrio se redujo en un 80% respecto a la carga con anterioridad a la actuación.
Fruto de la grave situación de la vivienda, el Ayuntamiento de Sant Adrià ha mantenido durante esta misma semana una reunión con Endesa para poder establecer una línia de actuación y así poder ordenar la situación, vecino por vecino.
De esta manera, se empezará a activar un dispositivo de trabajo dividido en tres trayectos: garantizar el servicio a los vecinos regularizados, evitar riesgo y peligro por sobrecalentamiento en instalaciones manipuladas y ejecutar grupos de trabajo específicos para acompañar a las familias en seguimiento de servicios sociales por una situación de vulnerabilidad, y busquen la regularización de su situación. Paralelamente, los núcleos que se encuentren en un estado ilegal, también podrán contactar con el Consorcio para que el Ayuntamiento actúe como intermediario de Endesa.
Por otro lado, el pleno de enero aprobó por unanimidad la moción sobre el compromiso consisotiral con el Plan Especial de reordenación y el derribo del edificio Venus, aplazado desde el año 2010.
Un apagón tras otro
Tanto en Navidad como en Nochebuena se padecieron jornadas de 3 horas sin corriente eléctrica, así como en los meses de verano, aunque la elevada luz natural durante buena parte del día no traducía tal problema en un mártir mayor.
Además, el transformador tuvo que ser substituido en julio por otro al quemarse el que había. Las averías se suceden una tras otra desde mayo de 2016. La compañía cortó el suministro durante más de una semana a todos los habitantes de los números nueve y 11 de la calle en octubre de 2016. Lo justificó por el presunto riesgo de incendio debido a los pinchazos ilegales a la red y reveló que sólo 12 de los 86 domicilios de ambas comunidades tenían el abastecimiento contratado.
El consumo de droga en el Parc del Besòs gana terreno al tobogán
Si damos la espalda al edifcio Venus, el consumo de droga en el Parc del Besòs coge el relevo a los apagones del bloque. Tan grave, o incluso más, es la problemática. Las 15,699 jeringuillas recogidas en el parque infantil durante 2018 (2, 444 en diciembre) han aumentado la preocupación del Ayuntamiento y los vecinos, quienes han alzado la voz para que la infancia de los más pequeños no quede alterada por la constante extirpación de los toboganes y juegos infantiles.
“El parque es la única zona de la Mina donde tenemos contacto con la naturaleza y donde nos evadimos de la realidad del barrio, ¿por qué nos retiran los columpios a nuestros hijos en vez de apostar por seguridad?“, se preguntan los vecinos. `¿Por qué nos catigáis quitandonos los columpios por culpa de los vándalos incívos?’, reza un cartel en la vaya que rodea La Capsa dels Jocs, el único y reducido espacio que tienen los más pequeños para divertirse. El Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB), responsable de limpieza del recinto, retiró los columpios y los toboganes hace poco más de un año al no garantizarse su seguridad.