12/07/2017 – Pocas semanas después de estallar la investigación de desvío de fondos públicos para la vigilancia de viviendas, decenas de personas han entrado de forma coordinada en inmuebles de tres bloques.
La Mina ha vivido con sorpresa durante las últimas horas la ocupación masiva de pisos en la zona nueva del barrio. Durante la tarde y noche del martes y la madrugada del miércoles, decenas de personas han ocupado viviendas de hasta tres bloques distintos, ubicados entre las calles de Anna Frank y Manuel Fernández Márquez y la Rambla de la Mina.
De momento se desconoce el número exacto de inmuebles afectados, pero los Mossos d’Esquadra han confirmado los hechos y estar siguiendo el incidente. Fueron puestos en alerta por distintas llamadas de vecinos y lo pusieron en conocimiento del Consorcio de la Mina, propietario de la mayoría de pisos, algunos de los cuales estarían destinados al realojo del bloque Venus.
Todavía no han recibido ninguna denuncia y aseguran no haber actuado para proceder a algún desalojo, aunque fuentes del barrio explican que sí se podría haber producido alguno en las primeras horas posteriores, claves en situaciones como ésta. Eso sí, aseguran haber desplegado un dispositivo de vigilancia para garantizar el orden público y evitar más ocupaciones.
Los hechos tienen lugar días después de que estallara en el barrio una investigación que está escrutando el supuesto desvío de fondos públicos destinados a la vigilancia de los pisos que ahora han sido ocupados.
Un operativo que derivó de otra operación contra las drogas y uno de los clanes de la Mina, y que vincularía a la organización con el regidor Juan Carlos Ramos y el gerente del Consorcio, Juan Luís Rosique, ambos investigados, que prestaron declaración la pasada semana ante el juez. La trama que se pretende aclarar beneficiaría, según las autoridades, a clanes que se encargarían de la vigilancia irregular tras el cobro supuestamente irregular de ciertas cantidades de dinero público.
Fuentes del barrio explican que las ocupaciones de este martes y miércoles habrían estado perpetradas por personas que no son habituales en la Mina, pero que sí tienen relación con los clanes predominantes del arrabal. Además, apuntan que se ha tratado de movimientos coordinados y bien organizados.