La desértica actividad en Marina Besòs durante prácticamente un año tuvo su reactivación a principios de septiembre de 2017, aunque de forma relativa. Tras elegirse la empresa sancugatense Teampartners para administrar el polideportivo, y hacerse cargo de los sueldos de sus trabajadores (16 a jornada completa y 18 a media jornada), la actividad regresó al centro para satisfacer la necesidad de los 950 socios que actualmente confían en la instalación y en el servicio que ofrecen los 34 empleados que gestionan día a día el complejo deportivo. Aún así, tan solo se puede hacer uso del gimnasio, la piscina, la sala de fitness y la pista de fútbol sala.
Antes del 30 de junio de 2018 se debería resolver el concurso de la adjudicación definitiva para el próximo periodo aunque a fecha de hoy no se vislumbra en el horizontes un inversor capaz de destinar el millón y medio o dos millones de euros que necesita la remodelación de la instalación. La inversión exterior (pistas de tenis, campo de fútbol y frontón) sería la prioridad a mejorar, además de explotar la pista de fútbol sala con acuerdos con entidades de Barcelona que puedan estar interesadas en hacer uso.
Ricart, sin movimiento
A su vez, la piscina Ricart se mantiene en su estado estéril y no hay un anuncio de reapertura o futura obra de restauración En la aprobación de los presupuestos de este año, el Regidor de Hacienda, Pedro Rivero, ya adelantó que en el caso de desbloquearse el superávit se priorizaría la luz verde a Ricart, con un coste entre un milión y dos millones o dos millones y dos millones y medio, según el proyecto que se tome.