11/10/2015 – Mil personas, según la organización vecinal, se movilizaron ayer para recordar a la víctima de la tragedia acaecida este lunes en el Besòs.
Silencio de duelo, rostros tristes y alguna que otra lágrima se mezclaban este martes por la tarde en la manifestación que movilizó a centenares de vecinos del barrio del Besòs para llorar la muerte de Cristian, el chico de 30 años apuñalado este lunes en la calle Berenguer. Un millar de protestantes, según la asociación de vecinos, partió de la plaza Hermanos Riura, el Parque I, y desfiló a paso calmado, con una pancarta en la que se leía “Cristian todos contigo y tu familia. Fuera delincuentes y camellos disfrazados de okupas” hasta el lugar en el que se produjo la tragedia.
Inevitablemente se escuchaban gritos de rabia e insultos entre dientes dirigidos a los dos presuntos culpables del apuñalamiento y al grupo que está causando los problemas de convivencia en el barrio desde hace dos meses. Pero la voluntad general de la protesta era rendir homenaje al fallecido, con total respeto y sin mezclar nada más, y guardar la indignación para los días venideros. El momento más simbólico se produjo en la puerta del Bar Porras, lugar de la agresión en el que había una silla, vacía por la ausencia de Cristian, con velas y un cartelito que rezaba “Siempre se van los buenos. Cristian, te echaremos de menos”. “¿Qué ha pasado?”, preguntaba un niño que iba de la mano de su madre. “Un señor se ha hecho daño aquí”, contestaba ella.
Delante del bar se llevó a cabo el segundo minuto de silencio de la noche, sepulcral, que fue seguido de un grito unánime que retumbó por todo el barrio: “¡Yo soy Cristian!”, entonaron con una mezcla de orgullo y pena los centenares de personas reunidas. “Tenemos rabia contenida pero hoy es un día triste. Vamos a dar el do de pecho como buenas personas, pero no vamos a perdonar”, decía José Paredes, el miembro de la asociación de vecinos que encabezó la protesta.
El Pleno municipal al completo
Parte de la muchedumbre reclamó la presencia del alcalde y pedía responsabilidades al Ayuntamiento. Pero lo cierto es que, aunque muchas personas no los llegaran a ver, ahí estaban, Joan Callau y los otros 20 regidores del pleno municipal, tanto gobierno como oposición, una diferenciación poco relevante cuando se trata de recordar a una víctima. No encabezaron la marcha ni alzaron la voz, se mantuvieron en la discreción, sin intención de salir en las fotos, y los representantes de la entidad vecinal respondieron negativamente a la petición de algunos ciudadanos que instaban a los políticos a hablar: “Agradecemos su apoyo hoy, pero su trabajo está en los despachos, no hay ningún motivo para que suban a hablar. Esta es nuestra lucha, del barrio” apuntaba Jose Paredes.
Las protestas contra la situación del barrio proseguirán estos días con caceroladas y con manifestaciones semanales, los lunes. El alcalde aseguró que están intentando acelerar la resolución de los casos de ocupación ilegal, aunque sea algo que dependa de los jueves, y avanzó que hay dos casos cuyas órdenes de desahucio están en proceso.